Turismo y pisos pequeños causan el boom de las lavanderías
A partir de los Juegos Olímpicos del 92, Barcelona evolucionó urbanísticamente, y desde entonces ha ido sufriendo transformaciones hasta situarse entre las cinco ciudades más visitadas de Europa. El último cambio que ha llegado de forma masiva a la ciudad, muy vinculado precisamente a la existencia de una gran población de paso, lo han protagonizado las franquicias de lavado autoservicio.
El boom de las lavanderías automáticas empezó a notarse a mediados del 2015, cuando Barcelona se dotó de un estilo neoyorquino y aparecieron diferentes franquicias que ofrecían este servicio por toda la ciudad. No fue una moda pasajera. Este tipo de establecimientos, que ha sustituido en algunos barrios a otros comercios de proximidad que no han conseguido sobrevivir, se ha consolidado plenamente y hoy en día experimenta un notable crecimiento. Según fuentes del Ayuntamiento, en lo que va de aüo se han inaugurado por lo menos 26 nuevas lavanderías autoservicio en Barcelona, que se suman a las 68 que se abrieron en los últimos cuatro aüos. El mercado está muy repartido, siendo los distritos del Eixample y Sant Martí los que concentran un mayor número de locales.